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Por qué las organizaciones deberían priorizar la Agilidad Digital como respuesta al Coronavirus

Digital Agility

La pandemia global que nos azota nos está obligando a todos a pensar de manera diferente. Como en todas las situaciones de caos, surgirán oportunidades para aquellos que puedan adaptarse, así como inconvenientes para aquellos que no puedan hacerlo.

En este artículo exploramos el posicionamiento que debe predominar en las empresas para resurgir durante este momento de incertidumbre, dando prioridad a la Agilidad Digital en lugar de retirarse a un modelo de supervivencia con la esperanza de que las cosas vuelvan a la normalidad.

Una revolución social que impulsa la adopción de nuevas tecnologías 

Todos estamos familiarizados con el ciclo de vida de adopción de nuevas tecnologías. Se denomina “early adopters” a los primeros en adoptar una nueva tecnología antes de convertirse en corriente principal. 

De esta manera, vemos que la tecnología impulsa nuestras revoluciones sociales y culturales, desde las primeras transacciones de comercio electrónico, hasta la banca, la búsqueda de pareja y las redes sociales. Si una tecnología es buena, ganará adeptos, lo que a su vez influirá en nuestros patrones de comportamiento y cambiará nuestra cotidianeidad.

Lo inusual de este período de pandemia por Coronavirus es que probablemente causará una revolución sociocultural que impulse la adopción de nuevas tecnologías. 

Estamos obligados a aprender a trabajar desde casa de manera eficaz. Nos vemos obligados a realizar más actividades de socialización, banca, compras y entretenimiento en línea, Amazon, Slack, Netflix, ESports, Supermercados y muchas otras. Las entregas a domicilio están experimentando un enorme aumento en la demanda y el interés, no solo de su base de usuarios establecida, sino también de nuevos clientes que ya ahora se ven obligados a desarrollar nuevos hábitos. 

Este período llevará a los “new adopters” y a los rezagados hacia la corriente principal, y creará nuevos hábitos que perdurarán mucho más allá del tiempo en que finalmente podremos disfrutar de esa copa de vino con nuestros amigos nuevamente. 

Piense en familiares o vecinos mayores que reciben sus primeras entregas de supermercado en línea. Piense en las formas en que estamos socializando con nuestros amigos en las tardes y fines de semana. Piense en las mejoras en el hogar que estamos planeando sin visitar una sala de exposición o el showroom de una tienda. 

Este cambio cultural está ocurriendo ahora, en nuestros hogares, y todos somos parte de él. 

En el medio plazo, todos estaremos más preocupados por las transmisiones de enfermedades, y eso tendrá una influencia duradera en nuestra cultura social, comercial y gastronómica. Todos estaremos más acostumbrados al trabajo en remoto y, como consecuencia, cambiarán nuestros hábitos laborales. Todos estaremos más acostumbrados a administrar nuestras vidas en línea, y en definitiva, eso cambiará nuestra cultura empresarial. 

¿Por qué priorizar la Agilidad Digital?

El mensaje aquí es simple y claro. Ahora es absolutamente el momento en que las organizaciones necesitan estar preparadas para presentar capacidades y experiencias digitales de una forma exponencial a sus clientes.

Si cada vez que queremos mejorar o cambiar nuestra oferta digital debemos navegar por múltiples sistemas, escribir nuevas reglas, establecer nuevos derechos de acceso, y caminar cuidadosamente por las dependencias tecnológicas existentes; incluso las iniciativas más simples pueden convertirse en proyectos tecnológicos enormes, costosos y eternos. Cuando la competencia pueda incorporar 10 nuevas ideas al mercado para mejorar la experiencia del cliente, repetirlas, refinarlas y seguir adelante mientras nuestra organización, en el mismo tiempo, solo es capaz de entregar 1 nueva iniciativa, está claro quién es más probable que tenga éxito y quién no.

Entonces, ¿cómo se posiciona una organización para hacer frente a estos desafíos y oportunidades digitales? No tenemos tiempo ni presupuesto para rediseñar y reconstruir toda nuestra TI en torno a un nuevo paradigma. Entonces, ¿cómo podemos comenzar a ofrecer la experiencia correcta para el cliente? ¿Cómo podemos comenzar a habilitar las funciones de seguimiento, pago, pedido, organización, consulta, actualización, administración, exploración, reserva, devolución, cancelación, comparación y personalización que desean nuestros usuarios?

Para alcanzar la agilidad digital debemos optimizar la Integración ágil 

Lo conseguimos capacitando a nuestros equipos para la entrega iterativa autoorganizada y exponiendo nuestros sistemas de TI existentes para permitir que se desarrollen nuevas capacidades de manera segura, controlada, eficiente y organizada. Esto es integración ágil.

Tanto si eso significa que se necesita implementar una solución de integración empresarial (ESB), una solución de gestión de acceso e identidad o, la más popular hoy, una solución de gestión de APIs. Estos son los componentes básicos de una práctica moderna de tecnología ágil en cualquier organización, y mediante estas herramientas podremos comenzar a construir rápidamente sobre nuestras ofertas de servicios digitales para mejorar la experiencia del cliente.

Mediante la adopción de estos conceptos se puede:

  • Preparar a la organización para innovar e iterar nuevas ideas. 
  • Reaccionar, llegar a mercado rápidamente, fracasar y triunfar rápidamente. 
  • Con estos bloques se puede potenciar la creatividad de: desarrolladores, especialistas en marketing, dirección, e incluso terceros para centrarse en las mejoras progresivas que se pretenden alcanzar como empresa.

La buena noticia sobre la integración ágil

Nunca antes había importado más ser una organización digitalmente desarrollada, que puede pivotar, adaptarse e iterar. Estas cualidades ágiles, que hasta hace poco definían únicamente a las compañías más pioneras y disruptivas, se convertirán en características estándares para cualquier negocio que quiera sobrevivir y prosperar en esta revolución cultural y tecnológica en ebullición.

Si bien todo esto puede parecer bastante desalentador para aquellas organizaciones que todavía están detrás de la curva de agilidad digital, por supuesto, hay buenas noticias. Las tecnologías y metodologías que las organizaciones deben adoptar para reclamar su cuota de mercado digital ya existen. Se han probado repetidamente, y se ha trabajado duro para imaginar posibilidades y establecer aquellas que funcionan. Hay poca o ninguna necesidad de que cualquier empresa se embarque en un largo viaje de “reinvención de la rueda” mientras se optimiza la agilidad digital. 

Se debe actuar ahora

Durante mucho tiempo ha quedado claro que todas las organizaciones deben eventualmente adoptar plenamente su potencial oferta digital para seguir siendo relevantes a largo plazo. Lo importante que ha cambiado es que: “eventualmente” significa ahora. Para algunos puede ser demasiado tarde, por haber tenido una disrupción previa en su sector. Para el resto de nosotros, la advertencia está aquí, la evidencia es clara y debemos actuar.

Este período de coronavirus está generando una gran cuota de mercado para las empresas que han adoptado plenamente la capacidad digital y se han organizado para ser ágiles y reaccionar. 

En contraste, disminuirá aún más la cuota de mercado para aquellas organizaciones que dependen de modelos tradicionales y no están organizadas para el cambio. Ya estamos presenciando el declive y colapso de numerosas empresas con una fuerte dependencia de la interacción física. 

Para aquellas organizaciones que disponen de menos competencia tecnológica y que sean capaces de sobrellevar esta tormenta, se enfrentarán a una población evolucionada de clientes más conocedores de la tecnología y con menor reticencia en su uso. Las cosas nunca “volverán a la normalidad” porque lo normal evoluciona constantemente y hoy, literalmente hoy, está evolucionando más rápido que nunca.

En definitiva, podemos excusarnos por haber sido sorprendidos con esta situación repentina y extrema a la que nos enfrentamos hoy. La próxima vez no valdrán las excusas ya que las lecciones las habremos aprendido. La dirección de los hábitos de consumo es clara. En el futuro, nuestro personal, nuestros clientes, nuestros ciudadanos, o nuestros accionistas esperan de nuestros responsables, en especial los de TI, una respuesta clara a la pregunta: ¿Por qué aún no estamos preparados?